viernes, 30 de abril de 2021

Consigna basada en "Colinas como elefantes blancos" - Claudia

El parque estaba especialmente oscuro y desolado en este mediodía de primavera, cuando llegue, después de discutir con mi padre. Ya no escondíamos nuestro desamor. Solo una pareja conversaba. Me extrañó el tono de voz dulce, cálido, me hizo sentir protegida

Te equivocaste de nuevo, admitilo reclamó la mujer.

No creo q haya sido mi error contestó el hombre con altanería.

¿Y los imprevistos? Tu optimismo hace que no los tengas en cuenta.

Yo siempre busco el equilibrio. Ellos mismos se ponen los obstáculos.

Con mas razón, si sabes eso deberías preverlos.

Ellos tienen la capacidad de evitarlos, es su decisión dejar que los devoren.

Eso no es del todo cierto, son como niños, tienen mucho que aprender.

De todas maneras ya esta hecho, no puedo arreglarlo. Sabés que depende de él.

Sí, lo sé y espero que haga algo y que no tengas problemas.

Giré para mirarlos y ya no estaban. En el parque había mucha gente y tenía su luz habitual en este mediodía de primavera.

Consigna de escritura basada en "Colinas como elefantes blancos" - Fabiana

Vacaciones del 2018, Córdoba . 

Habíamos elegido como destino un lugar soñado rodeado de montaña imponentes, árboles gigantes y el río como marco. Francisco, mi marido, propuso viajar con una pareja de amigos, Sonia y Pedro, y a mí la idea me pareció estupenda.

Esa mañana, desperté y Fran no estaba a mí lado. Miré por la ventana y lo vi conversando con Sonia. Decidí levantarme y sumarme a la charla.

No puedo, es mí amiga, tengo que decírselo decía Sonia.

¿A qué se refería? Decidí escuchar la conversación sin que me vieran

No hace falta que lo sepa, ya pasaron tantos años... siguió diciendo Fran.

No creo lo mismo, no soy partidaria de ocultar.

No somos nosotros los que tenemos que decírselo y menos en este momento.

Su padre  intentó decírselo el día de su partida, pero se llevó el secreto con él dijo triste Sonia.

Los entiendo, la amaron con su alma entera. El miedo a perderla los paralizó

Si yo fuese Lía, quisiera que me dijeran la verdad.

Escuché mí nombre y mi corazón se transformó en un caballo desbocado. ¿Qué cosa me ocultaban? ¿Qué era lo que debía saber?¿Qué fue lo que mí padre no pudo decirme?

Dejemos que pasen estos días. Cuando regresemos, hablaré con ella y la acompañaré en lo que decida hacer. Volvamos, ya debe haberse despertado terminó Fran .

Miré el cielo azul, sentí la aspereza del tronco en el que me apoyaba y escuché la voz del viento que me confirmaba lo que siempre sospeché.

Consigna de escritura basada en "Colinas como elefantes blancos" - Emiliano

Sala de teatro. La función está a punto de comenzar. Ingresa una señora con su entrada en la mano y se dirige al encuentro del acomodador que se encuentra en el pasillo, del lado izquierdo y a la altura de la primera fila.

Acomodador: Buenas noches.

Señora: Buenas noches.

Acomodador: ¿Me permite su entrada, señora?

Señora: Cómo no.

Acomodador: Venga por aquí. (le señala la primera fila). Deje los tres primeros asientos libres, después de esas cuatro señoras, deje los tres siguientes y pase por delante de esos dos matrimonios. Que disfrute la obra.

Señora: (en voz alta, casi gritando). Señor... ¡quedé en el pasillo opuesto!

Acomodador: Ssss...no grite. La función está por comenzar. Regrese por fila dos y trate de no incomodar a los espectadores.

(regresa y está otra vez con el acomodador)

Señora: ¡Cómo es posible! Pagué 1500 pesos, la función comenzó  y aún no he podido sentarme.

Acomodador: No necesito que me recuerde el precio de las localidades. Hace 28 años que trabajo en el teatro.

Señora: Entonces podrá decirme cuál es mi ubicación.

Acomodador: ¿Me permite otra vez su entrada?

Señora: Cómo no.

Acomodador: Ahora sí. Ingrese con cuidado por fila tres, la única butaca libre es la suya. Disculpe y que disfrute la obra.

Señora: (visiblemente contrariada) Señor... alguien ocupó mi lugar, no encontré ningún asiento libre. Estoy otra vez en el pasillo opuesto.

Acomodador: Si continúa gritando me voy a ver obligado a pedirle que abandone la sala. Hable en voz baja y regrese por fila 7.

Señora: (regresa y una vez mas está con el acomodador) Usted a lo que está obligado es a ubicarme, para eso pagué.

Acomodador: No hace falta que me lo recuerde.

Señora: Mire lo único que yo sé es que tengo mi entrada y por lo tanto exijo...

Acomodador: No empecemos con exigencias porque...

Señora: No sé cuál es el problema. Esta es mi entrada en la que se lee claramente fila 1.

Acomodador: Ya empezamos mal. Lo que se lee claramente es F1.

Señora: ¿Y eso que quiere decir ?

Acomodador: Fire one.

Señora: ¿Cómo?

Acomodador: Claro, es para el caso de incendio. Según el operativo de seguridad, en caso de tener que evacuar la sala, a usted le corresponde hacerlo por puerta 1 y de ahí lo de Fire one.

Señora: ¡Jamás escuché semejante cosa!

Acomodador: Por lo visto hace mucho que la señora no viene al teatro.

Señora: Sea como fuere, lo que no podrá discutirme es el asiento: me corresponde el No. 20.

Acomodador: Siento decirle que A 20 no es asiento 20 sino After twenty es decir que puede ingresarse a la sala después de las 20 hs. Ya que la función comienza a las 20.30 hs.

Señora: ¿Me quiere decir qué hago? Va a comenzar el segundo acto.

Acomodador: No se preocupe, algún lugarcito le vamos a encontrar.

Señora: ¿Cómo algún lugarcito? Yo pagué mi entrada.

Acomodador: Lo único que falta es que se la agarre conmigo que soy un simple empleado.

Señora: Créame que no fue mi intención.

Acomodador: A esta altura lo que importa es ubicarla. Vea, ingrese por fila 21 y ocupe cualquier asiento que vea libre.

Señora: Señor... es la última fila y el único asiento libre es el último.

Acomodador: No sabe cuánto me alegro.

Señora: Usted sí pero yo no. La obra terminó. Exijo una reparación.

Acomodador: Señora... no complique las cosas. ¿La ubiqué o no la ubiqué ?

Señora: Aprecio su esfuerzo. Voy a permanecer hasta reponer fuerzas, no hice más que caminar durante toda la función.

Acomodador: Eso sí que no. La entrada le da derecho a permanecer en la sala durante la función y debe abandonarla una vez finalizada

Señora: Pues yo no me muevo de aquí hasta estar recompuesta 

Acomodador: Personal de seguridad, retiren a esta persona como sea. Así no se puede trabajar.

Consigna de escritura basada en "Colinas como elefantes blancos" - Nora

Charla inoportuna

El interno 302 de la línea 166 transita por la avenida Gaona atravesando el frío aire de la mañana. Los vidrios empañados de la unidad y la tenue luz del amanecer otorgan un aire de intimidad. El sonido del motor gasolero parece arrullar a los pasajeros, que añoran el calor de sus camas. Sin embargo, el cuchicheo de voces femeninas desentona con el ambiente somnoliento. Dos mujeres sentadas en los asientos, que se encuentran delante de la puerta trasera, hablan sin parar.  Parece inevitable escuchar su conversación, aunque a nadie le interese. 

Va a ser una fiesta grandiosa. El salón es enorme y tiene un parque de ensueño.

¿Ya lo alquilaste?

Aún no. Apenas tenga los dólares, lo seño.

A mi hija le hubiese gustado tener su fiesta de quince, pero apenas pudimos hacer una reunión familiar en casa. Eran tiempos difíciles, como ahora. ¿Cuándo fue distinto?

Bueno, nosotros tampoco podemos. Pero nos llegó este regalo del Cielo.

¿Regalo? ¿Y del Cielo? Yo le pondría otro nombre.

Bueno, che, una oportunidad que aprovechamos.

¿Oportunidad? Descubrir un tesoro que tiene dueño no es una oportunidad.

Shhhhhh. El “dueño” está tan perdido que ni recuerda su nombre. Seguro que si se muere, las polillas comerán esos lindos billetes verdes. Soy sólo una madre que quiere cumplirle el sueño a su hija. Vos harías lo mismo.

No. Mi hija tiene un hermoso recuerdo de la reunión que le organizamos. Y sabe que fue lo mejor que le pudimos regalar en ese momento. 

Mi hija es distinta. Tiene proyectos, ambiciones. La tuya se conforma con poco. 

Mmmmmm…

¿Qué? No respondés porque sabes que tengo razón. Mi hija va a brillar. Ya lo verás.

Ya lo veremos. Me bajo acá porque tengo que hacer unas compras antes de llegar al trabajo. No creo que regresemos juntas porque voy a ir a visitar a mis padres esta tarde. 

Entonces, hasta mañana. Te espero en la parada, como siempre.

Tal vez…

Suena la chicharra. El colectivo frena, se abre la puerta y una señora baja. Ahora solo se escucha el ronroneo del motor. 


Consigna de escritura basada en "Colinas como elefantes blancos" - Julia

El Secreto


Había caminado unas cuantas cuadras, no estaba dispuesto a tomar un medio de transporte en medio de la pandemia, especialmente ante las restricciones por la cuarentena. 

Llegó a la plaza. Era uno de los lugares que más lo inspiraba: el verde, el sonido del viento y el movimiento de los pájaros le generaban sentimientos de relax y paz. Se dispuso a disfrutar sentándose en uno de los bancos. Se veía  muy poca gente por los alrededores.

Después de un rato, comenzó a sentir frío. El día estaba algo nublado y el sol apenas entibiaba el aire. Tenía necesidad de tomar algo caliente. Dudó de ir a un bar, pero vio que hacia la Avenida había un lugar pequeño y pintoresco, con mesas afuera. Con paso apresurado se dirigió hacia el lugar, observando que dos mujeres habían tomado la misma decisión, ocupando la mesa contigua a la suya, distante acorde a los protocolos establecidos en el momento actual. Pidió una taza de chocolate caliente y un par de churros, le encantaba esa combinación, esos olores le traían recuerdos de su niñez y de las celebraciones de cumpleaños

Estaba ensimismado en sus pensamientos, cuando la conversación de sus vecinas de mesa despertaron su curiosidad.

Con cierto enojo y aire de preocupación la mujer mayor, rubia decía

…Tenés que decírselo, no podés tener secretos ni sostener esto por más tiempo.

Pero no me animo, tengo miedo de perderlo todo, especialmente su confianza.

Si no lo comprende es señal de que no te quiere lo suficiente.

Siempre hemos considerado que el respeto y la confianza son pilares indispensables para mantener el amor.

Bueno, pero esto pertenece a tu pasado, a tiempos anteriores a iniciar la relación.

Él siente tanta admiración por mí, por mi trabajo en el hospital, que sería terrible que todo se desvaneciera en un instante. Yo era muy joven y muy insegura, afronté la situación sola, secretamente tomé decisiones que pueden parecer egoístas, pero sentí que ese doloroso desprendimiento estaba fundamentado en el amor.

Y ahora el pasado emerge a tu vida como una nube negra que ensombrece y puede destruirlo todo.

—¡¡Así lo siento!! El hecho es que me necesitan, me buscaron y se contactaron conmigo. El trasplante de riñón es necesario y urgente y puedo ser la donante, me lo exige el vínculo inquebrantable hacia ese ser y sobre todo el  amor.

El tono de voz de la mujer mayor se endulzó y como acariciando con sus palabras a su compañera le dijo:

Creo que la verdad, aunque le duela en un principio, por tu temor a su reacción, va a acrecentar el respeto y el amor hacia vos. No temas…

La conversación de la cual él fue testigo pasivo, brindó a su imaginación el posible argumento para su próxima novela.


El uso del diálogo en "Colinas como elefantes blancos" de Ernest Hemingway

El cuento de Ernest Hemingway, "Colinas como elefantes blancos", nos muestra dos personajes en conflicto casi por completo a través de su diálogo. Pone al descubierto sus deseos conflictivos con apenas una palabra de descripción de ninguno de ellos, y sin que ninguno de ellos mencione explícitamente de qué están hablando en realidad. 

Como todas las mejores historias, comienza cuando dos personajes entran en un bar. Se describen solo como "el hombre" y "la muchacha". Piden cerveza, que es bastante natural en un bar. Hasta que tengan la cerveza frente a ellos, son solo una pareja que encuentra un bar en un día caluroso. Como cualquiera podría hacerlo en estas circunstancias, la mirada de la niña vaga hacia una línea distante de colinas y hace una observación ociosa: "parecen elefantes blancos" y se da un intercambio.

Ese intercambio no es tan ocioso como su comportamiento hasta ese momento nos había hecho esperar. ¿Por qué la respuesta un poco mordaz de la niña al hombre diciendo que nunca ha visto un elefante blanco? ¿Y por qué se pone a la defensiva, como si ella lo criticara diciendo que era el tipo de hombre que no habría visto un elefante blanco? ¿Y por qué cambia de tema tan pronto como él se pone a la defensiva?

No sabemos de qué se trata, pero hay algo más que un par de cervezas entre estos dos. Si en lugar de hablar de ello se están atacando unos a otros por elefantes blancos metafóricos, debe ser importante. Luego vuelven a hablar sobre lo que están bebiendo y vuelven a ser cordiales. En este punto, podemos ver que las bebidas son un tema seguro que pueden discutir sin discutir. Si una reflexión sobre el paisaje fue suficiente para comenzar, no pueden quedar muchos temas seguros para ellos.

Y la seguridad de la conversación sobre las bebidas dura poco. La muchacha no está enferma, pero se va a operar para "dejar entrar el aire", lo que va a resolver algo que la hace infeliz. La palabra "aborto" es mucho más poderosa que si alguno de los dos la hubiera pronunciado.

El intercambio también nos muestra mucho sobre cómo cada uno de ellos ve su relación. El hombre ve su embarazo como un cambio no deseado. Él cree que una simple operación eliminará el problema y los devolverá a su antigua felicidad. Sin embargo, la descripción de sus vidas de la muchacha, de que todo lo que hacen es probar bebidas nuevas y mirar cosas, nos dice que ella no ve las cosas de la misma manera. Si lo hiciera, no tendría que preguntarle al hombre por qué cree que estarán bien después.

Si lo hubieran dejado allí, probablemente nos llevaríamos la impresión de que el hombre la presionó para que abortara, pero no es tan simple. El hombre no insiste en su aborto. Ella quiere volver a sus días más felices tanto como él, pero ve más lejos que él. Ella le pide que le asegure que la operación hará eso por ellos. Si hubiera preguntado una vez y regresado a su bebida, podríamos inferir que estaba tranquila. Cuando vuelve a preguntar, nos muestra que todavía está insegura y, habiendo establecido que sus palabras no son tranquilizadoras, sabemos que no se sentirá tranquilizada por más de ellas.

En caso de que nos lo perdiéramos, ella anuncia que no se preocupa por sí misma, lo que plantea la pregunta de qué es lo que le importa. El hombre, presumiblemente. Puede que él le haya dejado la decisión a ella, pero ella lo ha hecho basándose en lo que él quiere. Tal vez sea porque reconoce la situación por lo que sigue hablando indirectamente, o tal vez sea porque no quiere destruir su relación con un niño que él no quiere.

Ahora es la muchacha la que quiere volver al terreno seguro de la bebida, tal vez con la esperanza de que la introducción del alcohol en la conversación excluya la emoción tan eficazmente como la introducción en sus cuerpos la anulará de sus mentes. 

La preocupación del hombre es genuina. Le ha dicho que no quiere que ella haga nada que ella no quiera, pero una vez más, el poder reside en lo que él no ha dicho. Él no le ha preguntado si realmente quiere tener un hijo o le ha prometido quedarse con ella si lo desea. Él no puede ver, o elige no ver, que ella elige entre él y el niño y ella lo ha elegido a él. No va a cambiar su decisión, pero pesa sobre ella. Cuando concluye la historia, sabemos que la verdad es exactamente lo contrario de lo que dice: "-Me siento muy bien -dijo ella-. No me pasa nada. Me siento muy bien".

La prosa de Hemingway es característicamente cruda. No hay una sola mención de su tono de voz o expresiones faciales, y mucho menos de sus pensamientos tácitos. Todo está en su elección de palabras, y más en las palabras que no hablan que en las palabras que dicen.

El mero hecho de que apenas mencionen lo que están hablando nos muestra lo importante que es para ellos, y también muestra un rasgo muy humano que todos podemos reconocer. Solo las personas que se conocen bien discuten sobre si alguno de ellos pudo haber visto un elefante blanco o no. Dichas disputas están restringidas a personas que comparten una historia, que discuten sobre trivialidades para evitar discutir sobre algo que ocupa la mente de ambos. El hombre y la muchacha nunca expresan su opinión sobre el tema que importa, pero nos muestran exactamente cómo se sienten al respecto. Revela mucho más sobre los personajes que si simplemente hubieran hablado sobre si la muchacha debería abortar o no.


Texto traducido y adaptado de https://cockburndj.wordpress.com/2015/12/02/dialogue-like-white-elephants/#:~:text=In%20Hills%20Like%20White%20Elephants,the%20point%20and%20no%20more.

viernes, 23 de abril de 2021

Colinas como elefantes blancos

En estas clases nos vamos a centrar en el uso del diálogo en los cuentos de Ernest Hemingway, particularmente en el cuento "Colinas como elefantes blancos":




Pueden acceder al cuento haciendo click acá.


miércoles, 21 de abril de 2021

Consigna de escritura basada en "La larga risa de todos estos años" - Nora

ACTA DE DECLARACIÓN TESTIMONIAL

En la ciudad de Buenos Aires, a los 20 días del mes de noviembre del año 1976, el funcionario que suscribe numerario Julio Fernández, de la División Operaciones Metropolitanas de la Policía Federal Argentina, transcribe la declaración testimonial que la persona sospechosa realizó ante el oficial inspector Pedro Sánchez.


Inspector, pertenezco a una familia cristiana y honorable. Mi abuelo, mi tío y mi padre formaron parte del Ejército. Por lo tanto, mi educación se basó en tres pilares básicos: Dios, patria y familia. Soy docente de una institución católica desde hace diez años, con un legajo impecable. Puede comprobar todo lo que digo. Todas las sospechas que tiene sobre mí son infundadas. Trataré de aclarar cada una de sus dudas.

Los libros que están en la biblioteca no son míos. Son de un amigo que es profesor en la Universidad de Buenos Aires y me pidió que se los guardara. La agenda tampoco me pertenece, también es de mi amigo. Pueden verificar que la escritura no corresponde a mi caligrafía. Desconozco los temas que desarrollan los libros. Ignoro todo lo que se refiere a esa asignatura. 

 No sé quién era la persona que golpeó a mi puerta y me pidió un vaso de agua. El joven estaba asustado. Sus ojos reflejaban desesperación. Su respiración agitada delataba que había corrido, tal vez alguien lo perseguía. Tomó el agua de un trago y luego se desplomó. Me pareció ver que colocó una pastilla en su boca. Traté de ayudarlo, abrí su camisola y lo arrastré hacia el sillón. 

¡Cómo puede creer que tenía una relación con el muchacho! ¿Vio su aspecto con detenimiento? Vestía pantalones anchos y una camisola. ¡Miró su barba desprolija y sus cabellos largos! Además, ¿revisó su morral? Seguramente guardaba folletos de una agrupación peligrosa. 

No me pueden vincular con ese sujeto. No hay ningún objeto en mi departamento que me asocie con él. Los vecinos me difaman por envidia. Le contaron historias falsas para incriminarme. Seguramente fue idea del consorcio, porque quiere desalojarme. Solo le di un vaso de agua a alguien que me lo solicitó. Lo hice por humanidad. Además, ya le dije que los libros sobre venenos y tóxicos son de un amigo. Las anotaciones sobre sustancias químicas y proporciones no corresponden a mi caligrafía. El joven no era mi amante ni me visitaba por las tardes. No soy una asesina”.


Consigna de escritura basada en "La larga risa de todos estos años" - Fabiana

Tenía que blanquear, me tenían en la mira como a toda persona que tuviera el tupé de protestar, manifestar, leer algún libro de filosofía o arte o cantar alguna canción que tuviera entre su letra la palabra libertad.

Me vinieron a buscar, me llevaron a la rastra, de los pelos, me taparon los ojos. Sentía el ruido de las botas, gemidos, gritos y empezó el interrogatorio, los insultos, los golpes.

Me nombraban despectivamente al "profesorcito Pablito". Nombres y más nombres... Con algunos habíamos compartido manifestaciones, reuniones en el centro de estudiantes, clases, libros, ideas... A otros nunca los había oído nombrar, pero eran "sospechosos" solo por estar en la agenda del profesor.

Me hicieron preguntas mientras uno de ellos me gatillaba en la cabeza.

"Cantá", me dijeron... ¡¡¡Y canté!!!

viernes, 9 de abril de 2021

Consigna de escritura basada en "La larga risa de todos estos años"

Les traigo dos posibles consignas de escritura para trabajar inspirados por el cuento de Fogwill, "La larga risa de todos estos años". U

Una de las opciones está inspirada en el recurso literario que analizamos y la otra en el contexto temporal del relato.

  • Intenten jugar con la expectativa del lector: creen un narrador del que sólo se descubre alguna particularidad al final del relato.
  • En el texto se dice que el personaje que narra fue a “blanquear” su situación personal ante la policía: "‘Blanquear’ quería decir contar lo que uno pensaba lo que sabía que pensaban o hacían los otros y lo que pensaba que hacían, pensaban o sabían los otros". A partir de esa cita escriban la confesión que creen que el personaje hizo ese día.

La autopista del sur

Durante las próximas semanas, trabajaremos con el cuento "La autopista del sur". Para acceder a la lectura del cuento, pueden hace...