viernes, 26 de marzo de 2021

Trabajo sobre "La larga risa de todos estos años"

Por Nora Alessandrini

1) Rastreen en el texto los indicios que te llevan a pensar que la voz narrativa es femenina o masculina.

En la primera parte del texto, la voz narrativa parece ser masculina. Desde una mirada conservadora, propia de una sociedad heteropatriarcal, las acciones que relata el narrador responden al estereotipo del “varón”: 

 “…ella se encerraba en el cuarto para mirar televisión mientras yo trabajaba, o me acostaba a descansar sobre la hamaca paraguaya que habíamos colgado en el balcón”.

Las mujeres realizan las tareas del hogar y en sus ratos de ocio miran televisión, en cambio los hombres trabajan o descansan.

 “Una mujer. ¿Qué sabrían ellos qué es una mujer? Yo sí sé. Sé que ella era una mujer”.

Al destacar que su pareja es una mujer, el lector infiere que el narrador es un varón.

Yo la esperaba trabajando frente a mi escritorio, y cuando oí la cerradura, miré hacia la puerta para ver su carita sonriente y lo vi a él. 

Parecía un profesor de tenis, o un vividor de mujeres ricas. Él notó la expresión de mi cara al oír que me lo presentaban como subcomisario y quedó sorprendido, igual que yo. Me reconoció por aquella película de la Edad Media –la del whisky– como había pensado que ella vivía sola, miraba mi kimono de yudo, veía el desorden de papeles sobre mi escritorio, y la miraba a ella, averiguando. 

Notó un papel de armar entre mis libros. Era un papel americano, con los colores de la bandera yanqui y preguntó si fumábamos. Ella dijo que estaba para ofrecer a las visitas y a él le pareció bien y siguió curioseando entre los libros. Esa primera vez estuvo medio trabado, igual que yo, que jamás esperé que me trajera un policía a casa”. 

Al relatar la sorpresa del subcomisario al entrar a su casa, el lector interpreta que se debe al descubrir que Franca tiene pareja. A su vez, describe los elementos que llamaron la atención del visitante: kimono de yudo, desorden de papeles, papel para armar cigarrillos, y  los libros, todos relacionados a un residente masculino.

"Pero después nos hicimos amigos…”

“Fuimos bastante amigos. No es fácil ahora confesar amistad hacia un policía, pero no ha sido el único. También siento amistad hacia el inspector Fernández…”

El lector puede pensar que un varón es quien puede entablar una amistad con hombres de las fuerzas de seguridad.

“Los que se hacían amigos cenaban en casa; a los que no se querían ir, les preparábamos una camita en el living, y ahí dormían, sin preocuparse por lo que hacíamos en nuestra habitación”. 

El lector infiere que los amigos respetaban la intimidad de la pareja heterosexual.

Hasta venir a nuestro departamento nunca un cliente sabía de mí. Yo en cambio sabía de ellos porque Franca me detallaba todo lo que hacía con los puntos. Fue una época. Yo quería averiguar, conocer más…”

 “Celos jamás sentí. Rabia sí; cuando pensé que me mentía, o cuando sospeché que ella agregaba algún detalle para probar si yo sentía celos…”

“Y yo quería consolarla”.

“Entonces yo miraba la hora y calculaba. Sentía el paso del tiempo. .. Sentía que perderíamos la cena…”

“Y yo me controlaba, me relajaba, trataba de calmarla. Imposible: nunca se calmaba. 

Entonces dejaba mi escritorio; iba hacia ella, le aplicaba una palanca de radio–cúbito, y la llevaba encorvada hacia el sofá. Trabándola contra los almohadones, sobre el sofá o sobre la alfombra, evitaba que se lastimase tratando de librarse de mi palanca…” 

El narrador es racional, no tiene celos, desea proteger, se preocupa por el tiempo,  posee el control y ejerce su poder con la fuerza física, características que responden al estereotipo masculino.

Yo luchaba con un capitán. Por mi peso –sesenta y dos kilos–, nunca encontraba en la academia con quién luchar. A veces probaba con mujeres, pero no tenían técnica ni fuerza. Había muchachos jóvenes, de mi peso, con fuerza y con técnica, pero sin la madurez y la concentración que se logran en el yudo sólo mediante años de práctica”.

Desconcierta que el narrador señale el peso al referirse a su compañero de lucha. Parece ser un hombre muy menudo, ya que se diferencia de las mujeres porque éstas no poseen técnica ni fuerza.


2) ¿Cómo es el personaje que narra el relato? ¿Cómo se relaciona con las mujeres? ¿Cómo las nombra, además de llamarlas Claudia y Franca?

La narradora es una profesora universitaria. Trabaja en su casa, escribe y lee. Es fumadora y desordenada. No realiza tareas hogareñas, delega esas actividades a sus parejas. 

Se relaciona con sus parejas a través de un juego que alterna la violencia física y verbal con la ternura. Todo finaliza con risas, pero parecen relacionarse más con la ironía más que con la  felicidad. Tanto a Claudia como a Franca las llama “nena”, colocándose en un lugar dominante, protector, de superioridad. 


Un análisis de la voz narradora en "La larga risa de todos estos años"

El cuento “La larga risa de todos estos años” de Rodolfo Fogwill juega con las expectativas de los lectores a través de la construcción de la voz narradora, en una maniobra que tensiona y pone en evidencia a la vez los estereotipos genéricos de la masculinidad y la femineidad, y la norma heteropatriarcal. 

El texto es narrado en primera persona por una voz narradora protagonista, que relata su relación con Franca, su pareja entre los años 75 y 78. Durante toda la primera parte del relato, en la que se habla sobre estos años, hay un evidente borramiento de marcas genéricas: el narrador hace uso de formas adjetivas únicas ("nos sentíamos felices") y se nos escabulle entre los masculinos que el español acepta como neutros ("contar lo que uno pensaba") o en plurales inclusivos ("pero después nos hicimos amigos"). Además, nunca nos revela su nombre.

Es recién en la segunda parte del texto, cuando llega el año '83 y la democracia, que aparece, sorprendente, la primera marca genérica: "Yo fui la única por quien sintió algo fuerte y sincero en la vida". Y a partir de ese "destape", una proliferación de adjetivos en femenino ("estúpida", "serena", "segura", etc.).

Lo que resulta más interesante en este texto, es decir, lo que suscita más preguntas y cuestionamientos es este efecto de sorpresa que se genera en los lectorxe cuando, en realidad, la voz narradora se había bien ocupado de que no tuviéramos anclaje textual alguno para atribuirle ningún género ¿Por qué lo leemos como una especie de revelación? ¿Qué es loque nos lleva, entonces, a sorprendernos? ¿Qué sucedió en nuestra lectura para que ahora el mismo texto nos muestre que, de alguna manera, "nos quedamos cortos" ante él?

Creemos que entran en juego, como decíamos, dos cuestiones que van muy de la mano: la heteronorma y la construcción cultural de géneros. La voz que narra, a pesar de no hacer referencias explícitas a su identidad sexo-genérica, sí va delineando aspectos o rasgos de su personalidad y las actividades que realiza, especialmente en contraposición con la caracterización que realiza de Franca. En este sentido, vemos cómo - principalmente en las discusiones - quien narra ocupa el lugar de la voz de la razón, la lógica, mientras que Franca no "controla" sus emociones, llora y grita. Franca incluso acusa a quien narra de "insensible", y esa misma voz dice que en las discusiones razonaba, "calculaba", "me controlaba". 

Franca cocina y limpia para ambas, mientras que quien narra trabaja (da clases en la universidad) y practica yudo - actividad en la cual se enfrenta y compite exclusivamente con varones. Se construye una sociedad fuertemente heteronormada, en la que las figuras de autoridad son exclusivamente masculinas: quienes controlan, quienes protegen, quienes enseñan, son todos varones.

También es interesante revisar el cuento a través de la ironía presente en el mismo: la referencia a la felicidad y a la risa en un contexto de violencia, tanto política como doméstica. Aproximarnos al relato desde esos momentos de contraste entre lo expresado y lo experimentado implica pensar en las características de quien narra y en los contextos en los que se encuentra: estamos frente a una figura violenta que desfila por contextos igualmente violentos pero que, a pesar de ello, es feliz. Y ríe. Sin embargo, pareciera haber un pacto de sumisión entre el/la narrador/a en determinadas situaciones Los besos mezclados con lágrimas y rímel, las tomas de kung-fu para “tranquilizar” a Franca, las marcas que quien narra deja en ese cuerpo que intenta resistir, son muestras de violencia doméstica, como ya se ha mencionado anteriormente, pero son narradas como parte de un juego en donde la pareja tendría pactadas sus reglas.

El juego se hace presente, pero también la risa. Se mezcla en dichas situaciones y allí, en ese punto de reunión, se exhibe. Al final: la calma, la comida en el restaurante del barrio, la sensación de felicidad. Ahí, una risa conclusiva, absurda, aliterada, surgida en un episodio personal pero realmente motivada por la situación del país, por su gente, por la naturalización de las cosas. Risas en el final. Risas desde el principio, en ese título: “La larga risa de estos años”. Risa larga, risa de dos décadas, ante la exigencia de tener que “blanquear”, de tener que representar ante la sociedad ser alguien que no se es; por lo irracional del amor; por los prejuicios. Risa del autor, ¡del relato mismo! frente a un lector confundido por sus propias expectativas al descubrir que “el” narrador no era un “él”, sino una “ella”.


[Texto adaptado de Carou, A.; Lluna, C.; Martin Pozzi, C. (2016). "Lecturas en tensión en la escuela: un análisis de la voz narradora en 'La larga risa de todos estos años', de Rodolfo Fogwill". IV Jornadas del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género, 13, 14 y 15 de abril de 2016, Ensenada, Argentina. EN: Actas. Ensenada : Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.9948/ev.9948.pdf]


* Consigna para la semana: 

1) Rastreen en el texto los indicios que te llevan a pensar que la voz narrativa es femenina o masculina.

2) ¿Cómo es el personaje que narra el relato? ¿Cómo se relaciona con las mujeres? ¿Cómo las nombra, además de llamarlas Claudia y Franca?

viernes, 19 de marzo de 2021

La larga risa de todos estos años

Para comenzar el taller este año, nos vamos a centrar en la construcción de la voz narradora en el cuento de Rodolfo Fogwill "La larga risa de todos estos años".




Pueden acceder al cuento haciendo click acá.

Para conocer más acerca del autor, pueden hacer click acá


La autopista del sur

Durante las próximas semanas, trabajaremos con el cuento "La autopista del sur". Para acceder a la lectura del cuento, pueden hace...